A finales de 1974, cinco aventureros decidieron poner al límite dos Golfs Mk1 nuevos conduciendo 30.000km desde Alaska hasta Tierra del Fuego (recorrido en el mapa de abajo). Los dos coches sobrevivieron a esta odisea y desde noviembre de 2016 ambos Golf están juntos de nuevo por primera vez en el AutoMuseum de Wolfsburgo. Otra buena razón para participar en nuestro sorteo de un viaje a Wolfsburgo que finaliza el 31 de diciembre y verlos con tus propios ojos. Además, recientemente, el fotógrafo del viaje, Frank Müller-May ha contado la historia de esta increíble aventura a Volksworld Magazine. Estos son algunos de los momentos más extraordinarios de ese viaje…
El recuerdo del que Frank se acuerda con más intensidad de este viaje que hicieron hace más de cuatro décadas (a parte de la pintura amarilla del Golf, suponemos) es la belleza del paisaje. Las Montañas Rocosas, las resplandecientes estepas de Nevada y de Chile, los altiplanos de Perú y Bolivia y el Pacífico, todo esto se le ha quedado grabado en la memoria.
Durante los tres meses que duró el viaje, el periodista Fritz B Busch, dos mecánicos de VW y dos ingenieros de VW estuvieron acompañados por una Bay Window con suministros y recambios. Durante la mayor parte del viaje no había señalización en las carreteras y a veces ni siquiera carreteras. El equipo tuvo que lidiar con zonas pantanosas, buscar dónde pasar la noche y arreglárselas con la policía en todas las fronteras que cruzaron.
En la primera etapa de la aventura recorrieron unos tortuosos 2.500km por la Autopista Alaska que estaba prácticamente cubierta en su totalidad por un hielo muy traicionero. Sin barreras de protección ni sal en el asfalto y con muchas subidas y bajadas pronuncias, el equipo agradeció enormemente la tracción delantera del Golf.
Al llegar a Dawson Creen, la extensísima área de bosques en Canadá, las cumbres nevadas y cruzar los peligrosos ríos de la zona fueron también todo un reto.
Una vez ya en Estados Unidos, cruzaron los impresionantes parques nacionales de Yellowstone y Yosemite, condujeron a muy cerca de los bordes de la garganta del Gran Cañón y probaron la velocidad máxima del Golf en el Salar de Bonnneville en Utah, mientras que en Tuscon, Arizona, conocieron a verdaderos cowboys.
En México, el equipo recuerda especialmente como todos los taxis eran Escarabajos y como, de forma muy inteligente, habían sacado el asiento frontal para dejar espacio para el equipaje del pasajero. No hace falta decir que el nuevo Golf atrajo muchas miradas allá a donde iba…
Pero el viaje se hizo de repente mucho más difícil cuando llegaron a Guatemala. El calor sofocante, la jungla y los constantes problemas con los controles de fronteras pusieron al equipo al límite, hasta que, finalmente, los manglares los forzaron a tomar un ferry hasta Colombia.
Las cosas no les resultaron más fáciles cuando llegaron a Sudamérica, las empinadas carreteras de Ecuador y las terribles condiciones a las que se tuvieron que enfrentar frenaron el progreso del equipo. Afortunadamente, la ruta a través de Perú fue mucho más fácil y una de las partes más pintorescas del viaje.
Cuando el grupo llegó a Chile todos necesitaban un descanso y se desviaron para visitar las impresionantes minas de cobre en Chiquicamata (foto de abajo).
Cerca del final de la aventura, tras haber superado las duras carreteras argentinas, los Golf sufrieron el único percance mecánico importante del viaje: un agujero en el escape, una correa de distribución suelta y una fuga en el tanque de combustible. Los tres coches fueron reparados sin problema antes de embarcar en un ferry para cruzar el Estrecho de Magallanes hacia su destino final: Tierra del Fuego. El viaje les había llevado 94 días.
Es increíble que los dos Golf completasen ese viaje, pero lo que es un milagro es que los dos hayan sobrevivido hasta la actualidad teniendo en cuenta que Wolfsburg cree que sólo quedan unos 20 Golfs de la época de 1974. Pero lo que para nosotros es todavía más sorprendente es que la furgoneta Bay Window también acabase con éxito el viaje cargada con todos los suministros y casi seguramente atravesando los mismos terrenos hostiles. Habría sido aún más milagroso si hubiese sobrevivido hasta el día de hoy…
Ian
Las opiniones expresadas en este artículo son personales del autor y no representan necesariamente las opiniones y puntos de vista de VW Heritage.
Traducido del inglés por Rosa Varela Domínguez