Frenar es una parte esencial de la conducción. Puede ser divertido si frenas más tarde y coges la curva más rápido, pero también puede ser peligroso y puede acabar en desastre si tus frenos no están a punto.

Para los estándares actuales, los frenos de tu VW clásico son bastante malos. Pero, en realidad, pueden funcionar perfectamente. Aquí te decimos como hacer que funcionen mejor.

1. Los conductos de freno

El líquido de los frenos hidráulicos que va de la bomba de frenos a cada esquina del coche, se comprime aplicando una alta presión cada vez que frenas. Cuando se usan mangueras de frenos normales, esta presión se transmite a las paredes de esas mangueras, haciendo que la goma se expanda ligeramente lo que quita parte del impacto de la presión que se llega a ejercer en el cáliper o el cilindro de freno.

¿Sabías que las mangueras de freno de goma son ligeramente porosas? A lo largo de su vida útil, las mangueras absorben humedad atmosférica que entra en el líquido de frenos haciéndolo menos eficiente y hasta pudiendo llegar a corroer las mangueras de metal por dentro (te contamos más sobre esto más abajo). Esto no quiere decir que las mangueras de goma no sean seguras, simplemente hay que comprometer o el coste o el rendimiento.

¿Quieres mejorar este aspecto de los frenos? Te recomendamos que le instales mangueras de freno de acero inoxidable a tu clásico. Al estar hechas de acero inoxidable previenen que la humedad entre en el sistema de frenos, y lo que es más importante, no ceden bajo la presión, por lo que toda la fuerza del frenado del pedal se transmite a las ruedas, proporcionando un mejor frenado.

2. Purga el líquido de frenos

Esta es una manera simple de mejorar los frenos que puede que no te cueste ni un solo euro. El aire en el líquido de frenos crea burbujas, que al pisar el pedal de freno el líquido intentará comprimir (ya que no pueden escapar por ninguna parte). Esto evita que mucha de la presión llegue al cáliper o al cilindro de freno con toda la fuerza que se desearía. Puedes arreglarlo con un kit de purgado casero de frenos o también puedes llevarlo al taller para que purguen el sistema a presión y asegurarte de no queda nada de aire en el líquido. Y mientras estés en el taller… Compueba el punto 3.

 

3. La calidad del líquido de frenos

Los líquidos de frenos no son todos iguales. El DOT (clasificación del Department of Transport ) te indica la calidad de cada líquido de frenos. Originalmente, nuestros clásicos usaban un líquido con DOT 3 o DOT4, ambos incluyen un porcentaje de agua (aunque parezca una locura.) Estos líquidos de frenos se denominan higroscópicos, lo que significa que pueden absorber humedad si no se almacenan correctamente. Si abres un bote de 5 litros de este tipo de líquido de frenos que haya estado guardado en el garaje durante diez años puede tener hasta un 14% de contenido en agua. Lo mejor es probablemente tirarlo e intentar almacenarlo en botes sellados más pequeños en el futuro.

Normalmente, cuando más viejo sea al líquido de frenos que tenga el coche, más contenido en agua tendrá (debido a la porosidad de las mangueras). Además, cuanto más caliente esté el líquido (ya que cuando hierve se empieza a evaporar), menos efectivo será cuando pises el pedal. Esa es la razón por la que tienes que cambiar el líquido de frenos tan frecuentemente.

La solución… Usa un líquido de frenos con base de silicio como un DOT 5 que no absorbe el agua al contrario que el DOT 3 o el DOT 4 (o un DOT 5.1 que también tiene una base de agua). Además, no dañará la pintura en caso de que lo derrames. Este tipo de líquido no se mezcla bien con líquidos de frenos de otro tipo, así que asegúrate de que drenas bien el sistema antes de ponerle el líquido nuevo.

Más arriba, mencionamos la corrosión interna de los conductos de frenos. Pues bien, al eliminar el contenido de agua del líquido de frenos utilizando una mezcla con una base de silicio, prevendrás futuros problemas de corrosión, teniendo en cuenta que los coductos estén en perfecto estado en la actualidad. También puedes cambiar los conductos de frenos por tuberías de cuproníquel en vez de acero. Este tipo de material no se oxida y son mucho más fáciles de doblar para instalarlas.

4. Fricción y pastillas de freno

El principio de freno de una rueda es simple: las pastillas de freno abrasivas se aprietan contra el disco de freno giratorio y la fricción resultante reduce la velocidad del disco hasta pararlo. Si escoges una pastilla de una substancia más abrasiva reducirás más rápidamente la velocidad de frenado del disco y consecuentemente de frenado del vehículo. Podrás frenar en una distancia más corta y podrás tomar las curvas más rápido o aumentar la seguridad en las curvas, dependiendo de como lo veas.

¿Cómo puedes aplicar esto a tus frenos? Muy fácil: consigue un juego de pastilla de rendimiento para el coche. Unas pastillas con propiedades de fricción más altas harán que el coche frene en la mitad de tiempo (vale, a lo mejor la mitad es exagerar un poco). Sin embargo, ten en cuenta que este tipo de pastillas se gastan antes y también pueden producir más polvillo. Todo tiene sus pros y sus contras.

5. Los discos de freno

También hay varias cosas que puedes hacer para mejorar los discos de freno. No vamos a entrar a hablar de zapatas y tambores de freno, de eso hablaremos otro día, pero si este tema te interesa especialmente, déjanos un comentario más abajo.

Si cambias los discos de frenos de fábrica por discos de freno perforados también puedes mejorar el frenado. Los discos de freno perforados enfrían mejor que una superficie plana y son ideales para un frenado fuerte y continuado. Por ejemplo, en circuitos de carreras donde tienes que frenar fuertemente antes de cada curva o para reducir la velocidad en autovía despues de un largo periodo sin frenadas. Los orificios ayudan a evitar que disminuya la capacidad de frenado de los frenos haciendo que el calor se disperse por toda la superficie en vez de retenerla entre el disco y la pastilla.

Estos agujeros tienen un doble objetivo en conducción sobre mojado cuando la propiedad de fricción disminuye al entrar en juego el agua. Los agujeros ayudan a eliminar la humedad de la superficie para mantener los frenos lo más secos posible.

También están disponibles en el mercado discos de frenos con surcos que están pensados principalmente para el uso en deportes del motor. Los surcos están pensados para disipar el calor de una forma más eficiente que los agujeros (los agujeros debilitan ligeramente la estructura del disco y pueden llegar a agrietarlos o romperlos en casos de uso extremo). Otra de las funciones de los surcos es mantener limpia la superficie del la pastilla de freno. Por otro lado, esto desgasta las pastillas más rápido y crea más polvo, lo que no es un problema en un coche de carreras, pero podría arruinar unas llantas Fooks acabadas de pulir.

Esperamos que alguno de nuestros consejos te ayude a mejorar la frenada de tu VW clásico y te dé la oportunidad de disfrutar aún más mientras lo conduces. Al fin y al cabo, de eso es de lo que se trata.

Andy

 

Las opiniones expresadas en este artículo son personales del autor y no representan necesariamente las opiniones y puntos de vista de VW Heritage.

Traducido por Rosa Varela Domínguez

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